La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro es un tramo de 60km. recuperado de la antigua vía del tren que enlazaba Estella-Lizarra con Vitoria-Gasteiz, que dejó de funcionar en el año 1967.
De todo el trazado se ha recuperado una pequeña parte en la salida de Estella hasta Zubielqui (unos 3km), y el tramo comprendido entre Murieta y Antoñana (Alava) (24 km. aprox.) .
El trazado de esta vía es prácticamente llano, perfecto para ciclistas y paseantes, y apto también para niños .Existen zonas habilitadas para descanso con mesas y bancos y paneles informativos a lo largo del recorrido. .
El firme es de tierra, combinado con asfalto en algún tramo. Según las zonas, hay tramos exclusivamente reservados a peatones-ciclistas, y otros mixtos, es decir, compartidos con el tráfico rodado, aunque no hay una circulación excesiva. Algún coche que va a las granjas de la zona, o agricultores que van a sus fincas.
Saliendo de la antigua estación del Ferrocarril de Murieta, tenemos una larga recta que, dejando Mendilibarri a la izquierda, llega hasta Ancín.
Una vez en Ancín, la torre del agua rinde culto al pasado esplendor que ostentó esta vía vasco-navarra. Sus 12 metros de altura y su fisonomía de planta cuadrada y sillar, recuerdan que esta construcción sirvió para contener más de 2.000 litros de agua que servían para refrigerar los reactivadores eléctricos de la estación. Cruzamos el pueblo y dejamos a la izquierda la antigua estación del ferrocarril, hoy restaurada y sede del Ayuntamiento de la localidad. A lo largo de todo el camino iremos viendo las antiguas estaciones y edificios relacionados con el ferrocarril, unos restaurados, y otros en ruinas.
Entre Ancín y Acedo (5km), vamos por largas rectas, con abundante vegetación a ambos lados del camino, cruzando el río Ega, un pequeño túnel…
En Acedo hay un tramo de unos 300m sin recuperar, y hay que salir a la carretera, a la entrada del pueblo, pero está bien señalizado. Una vez en el pueblo, se enlaza otra vez con la vía.
Más adelante, nos encontramos con uno de los lugares más característicos de la vía. El túnel de Arquijas, de algo más de 1400 m de longitud. No hacen falta linternas, ya que tiene un sistema de iluminación con placas solares y detectores de movimiento. Según vas avanzando, se van encendiendo las luces.
Nada más salir, llegamos al viaducto de Arquijas, que pasa por encima de la carretera y el río, es una pasarela de nueve arcos y 30 metros de altura. Una impresionante obra de ingeniería con ecos bélicos que recuerda la primera guerra carlista y a uno de sus protagonistas, el general Zumalacárregui.
La vía sigue hasta pasar por Zúñiga, último pueblo de Navarra, y llega a Santa Cruz de Campezo,continuando por Antoñana y Maeztu (ambos pueblos ya en Álava), el fin del trayecto es en la ciudad de Vitoria .
Merece la pena recorrer esta vía verde, un camino para el recuerdo y una ruta para los sentidos.
29 noviembre 2011